Las distintas etapas del desarrollo tienen sus características particulares, aunque en todas ellas será fundamental contar con el núcleo familiar, especialmente en etapas más tempranas, ya que la familia constituye la base del contexto y crecimiento de los niños.
A edades tempranas son especialmente habituales las consultas sobre el desarrollo de los niños a nivel de adquisición de funciones (control de esfínteres, habla, regulación del sueño…) donde los padres tienen un papel fundamental en el tratamiento.
Cuando entramos en la etapa infantil (3-6 años) suelen aparecer otros conflictos de miedos o de relación social, que también se ven, aunque de una manera más elaborada, en una segunda etapa (6-12 años). En ambos momentos habitualmente tenemos un primer contacto sólo con los padres o tutores, para examinar juntos la situación que les trae a consulta, y si es necesario después incorporamos también a los niños.

En ocasiones ofrecemos sesiones de estimulación para niños, en las que principalmente trabajamos el desarrollo de funciones ejecutivas (atención, memoria, control de impulsos…) basándonos en Terapia de Juego. Hacemos una planificación concreta para las necesidades de cada niño y la llevamos a cabo adaptando distintos juegos a tal fin, para ello trabajamos preferentemente “en suelo”, incluyendo el movimiento del cuerpo a la propia terapia.
A partir de los 12 años comenzamos junto con los niños el proceso, como parte de terapia familiar, donde es habitual que incluso haya sesiones diferenciadas entre los padres y el niño, además de las conjuntas. En etapas más adolescentes es fundamental la colaboración directa con los jóvenes, ya que tienen una mayor independencia y hay una influencia notable de otros contextos, como el académico y el social, que no siempre son conocidos por los padres.

- Gestión emocional
- Control del sueño (dificultades en el ritmo de sueño-vigilia, pesadillas, terrores nocturnos, etc.)
- Control de esfínteres (enuresis y encopresis)
- Comunicación verbal y afectiva (expresión emocional, déficit en la autoestima, etc.)
- Miedos (miedo a la oscuridad, a animales, a quedarse solo, etc.)
- Gestión de conducta (celos, desobediencia, rabietas, etc.)
- Hiperactividad, impulsividad y déficit de atención
- Ansiedad y depresión
- Problemas académicos y acoso escolar
- Educación sexual
- Adicción a las nuevas tecnologías (videojuegos, teléfonos móviles, internet, etc.)
Además, en Espacio Salud comenzamos un proyecto en colaboración con otros profesionales de Estimulación Temprana para niños entre 2 y 6 años que necesiten una atención complementaria a la del cole o para familias que quieran darle un empujón al desarrollo del potencial de sus peques. Conoce el proyecto Desarroll-Arte.