¿Egoísmo o Autocuidado?
¿Por qué me siento egoísta cuando le pongo límites a otra persona? Especialmente si a esa persona la aprecio y tenemos confianza. ¿No debería el hecho de tener confianza con alguien darnos cancha para expresar lo que necesitamos?
Creo que la emoción de “Egoísmo” es una de esas “Emociones Villanas” (en algún momento podemos desarrollar algo más este concepto). Personalmente, me refiero a ellas como emociones que se han denostado y que “quedan feas”. Pero cualquier emoción tiene su utilidad, y esta no iba a ser menos. Por lo tanto, a partir de ahora me referiré al egoísmo como “amor propio que te hace moverte por tus intereses, necesidades y deseos, aunque tengas que pasar por encima de los de otros”; no obstante, he de decir que la RAE no está de acuerdo conmigo respecto a la moderación del término:
m. Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.

El hecho de sentirnos egoístas (ojo!, diferencia entre ser egoísta y sentirte egoísta) puede aparecer en muchas ocasiones; aquí vamos a darle un espacio a aquellas situaciones en las que a la hora de ponerle un límite a otra persona, me siento egoísta.
Esta emoción nace de hecho de estar considerando el punto de vista del otro; trato de entender a la persona que tengo delante de mí y justificarla, al fin y al cabo, hay emociones positivas entre nosotros. Si me pongo en la piel del otro y valido su punto de vista… ¿Cómo voy a marcarle un límite a algo que parece tan razonable?
Por otra parte, también es interesante considerar nuestra propia trayectoria. ¿Cómo han reaccionado los demás en otras ocasiones en las que yo he puesto límites? ¿Me han respetado? ¿He encontrado rechazo o enfado? Las experiencias que tengo condicionan el modo en que encaro nuevas situaciones, y generalmente las personas que se enfadan al poner límites son las que se benefician de que yo no los tenga.
En abstracto, quizá sea más sencillo reconocer y poner límites a estos puntos. Ahora piensa en situaciones concretas, donde tu pareja te haya pedido algo que tú no querías hacer, tu hijo/a te mire con ojitos de cordero o esa amiga que tú sabes insista en pedirte un nuevo favor… Al final convivimos en una comunidad, y eso significa dar y recibir, acomodarnos mutuamente; pero en ocasiones hay que poner una barrera entre lo que tú necesitas y lo que yo necesito, entre lo que me pides y lo que estoy dispuesto a dar, y viceversa.
Esa sensación de egoísmo cuando quiero rechazar una petición, puede tener un sentido. Plantéate cuáles son tus necesidades en esa situación y si están cubiertas, o qué es lo que está haciendo que te sientas en esta posición. Quizá ese “no”, ese límite que quieres poner pero te sientes mal y no estás convencida, en el fondo te esté cuidando un poco a ti misma. Si no marcamos límites (hacia los demás y hacia nosotros mismos), terminaremos confundiendo autocuidado con egoísmo.
Escrito por Laura Buj López. Psicóloga.